Ortega y Gasset habló, en 1929, de la cópula entre el capitalismo y la tecnología para entender los cambios habidos en el siglo XIX. Ya en el XXI, la tecnología en su configuración digital vuelve a sobresalir. Tenemos así viejos términos de origen griego (téchne y lógos) que definen el mundo actual, como los de democracia, política o economía. En 70 años, la tecnología electrónica pasó del invento del transistor (transfer resistent) por la compañía Bell, en 1948, a que las empresas con mayor valor bursátil del mundo, en 2018, sean las tecnológicas Apple, Alphabet Inc. (Google) y Microsoft. La profecía de McLuhan del mundo como un villorrio –village– global, interconectado por un sistema nervioso electrónico (Internet), se cumplió. Según Dahrendorf, las revoluciones entrelazadas de la information technology (principalmente microelectrónica e Internet) y de los mercados financieros crearon un escenario económico inédito en el mundo y, según Castells, también la innovadora sociedad red. Paradójicamente, los jóvenes han sido importantes creadores y usuarios-consumidores de estas nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC), pero también víctimas del mundo concebido por el capitalismo y las e-TIC. Según Belén Barreiro, la cuestión es “¿qué se les ha hecho (o qué les hemos hecho) a los jóvenes?”. Este libro reflexiona sobre jóvenes, usos socioculturales de las TIC electrónicas, tensiones socioeconómicas y la cultura de las pantallas.