Tanto en una orilla del Atlántico como de la otra, las zonas vitivinícolas pasan por transformaciones similares como la liberación, la creciente competencia, la apuesta por la diferenciación y la calidad, la inclusión de cadenas globales y el recurso a la mano de obra inmigrante. Tales tendencias globales adoptan formas específicas en las zonas vitivinícolas de diferentes países en función de su interacción con factores institucionales, estructurales y sociales, propios de los distintos Estados, así como de las estrategias desarrolladas por diferentes actores (agricultores, cooperativas, empresas privadas y trabajadores y trabajadoras).
Este volumen aborda diferentes aspectos de estos procesos, con particular atención a la reestructuración productiva y los cambios en el mercado de trabajo, analizándolos en el contexto de los países del Viejo y del Nuevo Mundo del vino, en dos zonas vitivinícolas españolas del primero y en zonas vitivinícolas de Estados Unidos y Argentina del segundo.