Disfronteras de la isla estudia las condiciones sociopolíticas y las estrategias discursivas que explican cómo ha sido representada la migración en el cine cubano de 1960 a 2010, antes del restablecimiento de las relaciones con el gobierno de los Estados Unidos.
Su originalidad se encuentra en los últimos dos capítulos, precisamente los dedicados al estudio del campo cinematográfico. Se trata, por cierto, de un campo cultural con una relativa autonomía en el contexto cubano, lo que ha posibilitado en su interior la producción de perspectivas que no siempre reproducen el discurso oficial.
Estamos ante una investigación que contribuye a la discusión sobre las formas de representación simbólica como indicadores de naturaleza profunda de procesos históricos complejos. Y al mismo tiempo es un ejemplo de los resultados que puede producir el diálogo interdisciplinario entre las categorías de las ciencias sociales y el análisis discursivo de la tradición humanística.