A 25 años de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el incremento de los salarios no ha ido a la par del boom económico del sector automotriz. Por el contrario, aunque la productividad en México ha crecido gradualmente en los últimos años, la evolución de los salarios ha sido casi nula, con excepción del aumento de salarios en la frontera norte a partir del 1º de enero de 2019. En el nuevo tratado, el T-MEC, se estipula que para que un vehículo goce de las excepciones arancelarias, su valor de contenido regional deberá ser, para 2023, de 75 por ciento del valor del vehículo; complementariamente a las reglas de origen, 40 por ciento del valor de contenido laboral debe ser producido en plantas donde los trabajadores ganen al menos 16 dólares la hora. Otro requisito es que se compruebe la democracia sindical en las negociaciones colectivas para la determinación de salarios.
Este escenario abre la posibilidad de un incremento salarial; pero, ¿cómo y en qué monto deben elevarse? Dada la heterogeneidad de las empresas según la región donde se localizan y su antigüedad, ¿qué tan generalizado debe ser el aumento? Para resolver estas incógnitas, este libro realiza una adaptación ad hoc de la metodología de salario digno de Anker y Anker al sector automotriz en México.