El esfuerzo analítico aquí contenido recorre los espacios que continúan abiertos al diálogo bilateral, revisa los instrumentos de gestión y de política pública al alcance de los gobiernos, y valora a los actores afectados y sus testimonios. La existencia de un muro entre México y Estados Unidos no se puede ver, finalmente, como un problema, sino el efecto de los desafíos que ambos gobiernos y las sociedades deben enfrentar. En última instancia, a pesar de las dificultades, interrelacionados como México y Estados Unidos no se pueden dar el lujo de interrumpir este diálogo.
Para México y Estados Unidos, aunque son países amigos, aliados, vecinos, principales socios comerciales uno del otro, con historia compartida e intensa interacción sociocultural, el terreno común en asuntos bilaterales se agota al llegar al muro fronterizo. La metáfora del muro no sólo se expresa en la geografía, sino en la política; el muro fronterizo no sólo divide a ambas naciones sino también las polariza. El rechazo al muro le resulta a México tan necesario como para a Estados Unidos su existencia.
El muro fronterizo entre México y Estados Unidos complementa el análisis sobre impactos ambiéntales contenido en la obra Una barrera a nuestro ambiente compartido: El muro fronterizo entre México y Estados Unidos, y ofrece un panorama de los caminos iniciales en la política pública para resolver estos impactos. El objetivo de la obra es contribuir a romper el peligroso impasse en el que se ha caído en el campo de la gestión ambiental y la diplomacia binacional en relación con el muro fronterizo.