Este libro analiza esa sobresaliente capacidad del sistema político mexicano para generar dudas justificadas acerca de sus cualidades democráticas.
Con base en el concepto del control democrático, este trabajo articula los ideales normativos de la democracia con los temas que se abordan en esta obra: el régimen de gobierno, las relaciones entre políticos y ciudadanos, y la legitimidad que la opinión pública le confiere al sistema político.
El argumento es que el estancamiento del control democrático en este país, de por sí incipiente y en proceso de declive, ha sido causado por la combinación de diversos factores: la dislocación del poder estatal y la inoperancia del Estado de derecho; el comportamiento estratégico de los políticos y sus partidos; y las condiciones que incentivan un intercambio particularista con el electorado, por encima de las cualidades programáticas y deliberativas de la representación política.
De la misma manera, este estudio muestra que la satisfacción con la democracia y la legitimidad del sistema político disminuyeron a lo largo de una década. Por lo demás, para una gran mayoría de la población, el significado de la democracia es impreciso e inconsistente. En otras palabras, el descontento político en México es inequívoco, a diferencia de las aspiraciones y convicciones democráticas de la ciudadanía.