Durante la segunda década de siglo XXI, México ha sufrido una serie de cambios a nivel de políticas públicas, denominadas estructurales y emblemáticas por el gobierno federal. Una de ellas es la reforma energética, considerada como vía para que el país logre la autosuficiencia energética e impulse el desarrollo de la energía sustentable. Si bien el objetivo de esta obra no es discutir qué tan adecuada resulta dicha reforma, sí explica en qué consistió e indica los retos y oportunidades que enfrentan las instituciones de educación en varios niveles a partir de su implementación, no sólo para generar recursos humanos, sino para implementar educación sobre energía renovable. Esto se denominó como cultura energética entre educandos y población en general.
La reforma energética (RE) considera una mejora administrativa, así como un incremento económico para hacer eficiente y competitivo al sector. Lo anterior implicó la modificación de políticas y leyes, las cuales incluían generar recursos humanos especialistas para que impulsaran a la referida cultura energética a nivel técnico, de gestión, administrativo y financiero. A esto se suma el impulso a la investigación, ciencia y desarrollo tecnológico mediante el apoyo a la educación energética a nivel medio superior, superior y posgrado. Desafortunadamente, dicha educación se impulsó muy poco en los niveles de educación básica, como lo indica la reforma educativa (RED). Por ello, el enfoque de la política pública se analiza desde diversos ángulos, tales como los método educativos, el acceso a la información y casos de estudio relacionados con la formación de recursos humanos generados a partir de la reforma energética en México y, en menor medida, la reforma educativa.