La población obrera en las maquiladoras de la frontera es principalmente femenina. En este libro se analiza tal fenómeno y se obtiene una explicación al respecto desde distintos puntos de vista. Para el empresario, la mano de obra femenina es más apreciada que la del hombre por su facilidad para realizar tareas minuciosas y por su disciplina. Por otra parte, la situación encuentra su base en el patrón cultural de la mujer y en la necesidad objetiva de los industriales de explotar al máximo tanto la fuerza de trabajo como el rendimiento del capital invertido. Históricamente, a la mujer de este medio se le ha impuesto un guión de comportamiento en el que las actitudes de sumisión, abnegación y aceptación van a la par de la imagen sexual que la ubica por debajo del nivel masculino. Además, vive con una triple función social implícita, como reproductora de fuerza de trabajo, participante en algún acto de producción y consumidora. Norma Iglesias explica el fenómeno a partir de los testimonios de diez trabajadoras que narran su historia de vida, la explotación que ejercen las trasnacionales sobre ellas, así como la manera en que la enfrentan y su gradual toma de conciencia.