La problemática ambiental y urbana de la región fronteriza entre México y Estados Unidos ha estado determinada por las políticas de desarrollo de ambas naciones. En los últimos 25 años la dinámica transfronteriza ha provocado una mayor presión social y económica sobre el ambiente natural, agravando los problemas de contaminación del agua, aire, suelo y pérdida de biodiversidad. Por su parte, el crecimiento de las ciudades está provocando problemas de movilidad interna, conformación de asentamientos urbanos marginales, disminución de reservas territoriales y deterioro ambiental, entre muchos otros.
El análisis de esta región activa y compleja requiere nuevos esquemas de investigación para comprender su dinámica, estructura interna e impactos ambientales. Entre estos estudios destacan los que se orientan al desarrollo urbano, salud e impacto ambiental, riesgo de desastres, gobernación ambiental y cooperación binacional. Para analizar la variada información urbano-ambiental, se deben emplear técnicas de vanguardia como los sistemas de información geográficos (SIG), percepción remota, manejo de base de datos y metodologías integrales, todo ello desde una perspectiva binacional y transfronteriza para el planteamiento de soluciones integrales.